Pequeña Mostra:
A diferencia de lo que pensaron Mostra Loca y Súper Mostra no ha sido nada malo descubrir que tú eras tú; al contrario, encontré un gesto bello de complicidad que me confesaras tu identidad secreta y ahora busco entre mis cartas (de amor, de muerte y de incoherencias) otras que atreverme a enviar al blog… es que ahora me siento aún más en confianza… la sensación de que al compartirlas con el mundo tengo como intermediaria a alguien que ya se sabe estas historias desde antes, me da tranquilidad.
Sí, me da menos pudor, aunque bien dices tú que tengo bien poco, que ando contando mi telellorona de “amor con barreras” (mejor dijera fronteras) a diestra y siniestra, pregonando por el mundo mi “¡no me voy, no dejaré mi mundo por un hombre!” y los “se pasa días tratando de convencerme…y ¿si me voy?”…quizás sea porque no tengo idea qué hacer con esta historia y espero ver si alguien tiene la respuesta correcta, que alguien me diga “¡VETE!” o “no seas cojuda, quédate” y suene tan rotundo que mis dudas existenciales se extingan en esa certeza.
También por eso tengo que decirte que aquel “mi papá dice que uno tiene que arriesgarse por amor” me ha quedado dando vueltas, marcando ocupado, martillando mi pobre cabecita de politóloga. Porque tú conoces la historia desde que volví absolutamente enamorada del Mostro Azulceleste, me viste el rostro iluminado de felicidad y también el rostro marcado por las lágrimas cuando él no soportó más la distancia, viste mi emoción cuando creé mi plan maestro para irme clandestina a buscarlo y luego mi tranquilidad al decirte aquel día que nos cruzamos de pasada un “no me fui, terminamos, ahora estoy con otro pata, estoy bien”. ¿Intuiste que no era verdad que ya había terminado todo?... tú debes tener respuestas, Pequeña Mostra, estoy segura que sí, que tu todopoderosa sabiduría de licenciada tiene respuestas.
Pero este no era el tema (ves? Este maldito mostro siempre se cola en mi cabeza!)… el tema era más sencillo, aunque surge del que te conozcas mis historias, me confesaras tu identidad, te aliaras conmigo para comer más papas rellenas y me odiaras por quedarte esperando tu micro como una hora y aún así me siguieras acompañando a tomar el mío…Pequeña mostra, somos unas frescas al decirnos amigas queridas y vernos tres semanas al año y diez minutos en la U, divididos en seis cruzadas en el tontódromo de un minuto cada una y una frente a algún salón que extendemos a cuatro minutos de ponernos al día.
Pequeña mostra, imagina que es el primer día de clases del nido, que llevas mandilito de cuadros y una lonchera, y yo llego, vestida con el mismo mandilito y cargando mi lonchera de Pequeño Pony y te digo “Hola, me llamo Mostra Violeta, ¿quieres ser mi amiga?” y tú dices “ya” y empezamos a corretear por el salón, a hacerle preguntas difíciles y filosopolíticas a las profesoras y a cortarle el pelo a nuestras barbise y teñírselo para que no sean tan rubias.
Pequeña Mostra, no me da vergüenza decirlo, quiero ser parte de tu vida todo el año, quiero que salgamos a tomar café, reírnos de la vida…¡vámonos a Antioquía! Quizás así aprenda cómo hacer que hagan una yunza en mi salón y pueda abrir un wawa wasi… ¿qué opinas?
Besitos,
Mostra Violeta
2 comentarios:
Creo que todos tenemos esos amigos especiales de los cuales nunca podemos desprendernos, lo importante es nunca perder el contacto.
Mostra Violeta!
Me encanto, te juro que me encanto tu carta.
No sabes cuanto me emocionó verla en el mail de las mostras.
No te he podido responder antes porque me encuentro viendo nieve y edificos, no tengo mucho acceso a internet, pero te juro que me encanto leer tu carta.
Debo aclarar que Mostra Violeta y yo no somos amigas desde niñas, nos conocimos hace tres años y como dice bien en la carta nos vemos solo un mes cada año. Pero como tambien dice en la carta, los 10 minutos que podemos hablar, cada día de ese mes, nos contamos nuestra vida y sufrimos por los sufrimientos de la otra, nos alegramos con sus alegrias y nos queremos...
Mostra Violeta yo tambien quiero ser tu amiga, tomar cafes, cervezas y todo lo que quieras, riamonos de la vida y bueno querida mostra yo sigo pensando como mi papá, en el amor hay que apostar. Quizas uno se cae pero peor es no apostar.
Dale y haz lo que te nazca!
Nos vemos el jueves que ya estaré de vuelta!
Pequeña Mostra
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