Granada es el corazón de Andalucía, en España. Ahí llegó la Mostrita Viajera luego de cuatro horas de viaje desde Madrid.
Es un sitio que, a pesar del invierno, tiene un clima cálido y la gente es muy acogedora.

El sitio más importante que se debe visitar en Granada es El Alhambra, un complejo de palacios que los árabes construyeron durante su conquista en España. Los adornos que acompañan las construcciones son intrincadas y, por lo general, cuentan historias de la gente que vivió ahí, en el idioma árabe.

En el Alhambra hay sitios emblemáticos a los que los visitantes deben ir: el palacio del Sultán, el cuarto de las Dos hermanas, el palacio de los Dos Leones, la Alcabaza, los maravillosos jardínes llenos de árboles de naranjas en el Generalife, la puerta del vino, los torreones, y el palacio de Carlos V, del que tomó posesión cuando desalojaron a los moros, 400 años después.

Ahí vivió Carlos V y quiso dejar huella de su paso por ahí dejando su emblema, las dos águilas, por todos lados.
Puedes subir a los torreones y tener una vista panorámica de las edificaciones cercanas y de una parte de Granada, con sus casitas todas pintadas de blanco y también puedes ver la Sierra Nevada.
Granada tiene aún una gran influencia de la cultura árabe, puedes encontrar muchas salas de té, donde puedes sentarte y tomar muchas especies de té o fumar en las narguilas, las pipas árabes que podemos ver en algunos restaurantes en Lima. En los mercados árabes puedes encontrar zapatos al estilo Aladino, ropa para el baile del vientre, mantos, alfombras, pipas, guitarras andaluzas. Las callecitas de Granada son estrechas, inclinadas y puedes oler las miles de especias y yerbas para todos los males que se venden en las calles, además de los inciensos.
De Granada son los churros que nosotros heredamos y el chocolate espeso donde los remojas. Sólo que luego de esa embutida esta Mostrita Viajera tuvo diarrea y vomitó toda la noche.

 
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