Querido Gran Hermano:
Hace más o menos un año que empezó mi vicio contigo, un vicio que debo ocultar ante las miradas serias y enteradas de mi entorno. Pero aunque sea un vicio terrible y aunque todos me juzguen por mi apariencia, debo decir que te vi. Todas la galas de nominación y eliminación y todos los días que podía en las mil cámaras ocultas que tiene tu enorme o pequeña casa, además vi a Peluffo en todos los debates y me peleé con el cable cada vez que cortaba la señal.
Quizás era porque pasaba por un momento de refugio y soledad, en donde no tenía ni perro que me ladre, ni jefe que me dé salario, que me la pasaba horas de horas en la televisión viendo cómo se despertaban, se peinaban, se echaban cremas y conversaban de la vida.
Tenían más o menos la misma edad que yo cuando entraron a la casa, tenemos mundos distintos y de hecho tenemos aspiraciones diferentes, no sé si hubiera pensado que Andrea, Eugenia, Renzo y yo podríamos alguna vez ser amigos, pero quizás yo me sentía tan perdida como ustedes, estar en un nuevo espacio y no saber exactamente cómo salir airosa de él o, no sé, tal vez sólo tengo que aceptar el hecho de que no tenemos nada en común y que tampoco nos sentimos de la misma manera vacíos, yo no fui ni soy cartonero, no me salí de mi casa a los catorce año, ni tampoco estuve en la cárcel, no me metería a una casa con desconocidos para ganar un premio pero igual no importa, yo los vi y lo confieso.
Los vi y sufrí los pleitos de Andrea, por ella y con ella, me alié con Euge y fui feliz cuando volvió a la casa para aclarar las cosas con Esteban, me fui a España con Soledad y también viví la final como lo hicieron el propio Esteban o Soledad y debo decir que aunque me avergüence, no me avergüenzo, me dí cuenta que uno no tiene que alejarse y encerrarse con mil extraños para sentirse llena o vacía, para ser buena o mala, yo no creo que haya que encerrar a la gente para sacar lo verdadero de sí, no sé… después de haber vivido tu terrible vicio sólo me queda decirte querido Gran Hermano que todos pero todos hasta esta Pequeña Mostra tenemos un vicio oscuro que ocultar.
Pequeña Mostra
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